Jornada forestal de fin del proyecto SYLVONATUR

Este pasado viernes 17 de noviembre, en Sant Llorenç de Morunys se hizo la clausura del proyecto de intercambio transpirenaico Sylvonatur, entre diferentes asociaciones que trabajan para estudiar las diversas formas de gestionar el bosque, viendo las experiencias que cada una en su país y territorio ha podido acumular hasta ahora. En el proyecto estábamos incluidos, la Asociación Sylvestre GDF del Ariège, la Asociación de Propietarios del Montnegre y Corredor, y nosotros mismos, la Asociación Forestal Vall de Lord.
La primera actividad fue en Ariège, en octubre de 2022, donde los miembros de las otras dos asociaciones fuimos acogidos por Sylvestre. La segunda, en marzo del 2023, con visitas de los franceses, y de nosotros, primero en el Montnegre y después en Sant Llorenç de Morunys.


Nuestra asociación ha ido creciendo en el conocimiento de las diferencias, pero también con un gran respeto por cómo han evolucionado las otras dos, que ya llevan una experiencia de 20 años de actividades, en comparación con nosotros que somos todavía muy novedosos en este ámbito.
Todos estos encuentros han sido interesantes y divertidos y, lamentablemente, este viernes llegó el momento de su clausura.
Y así fue como el viernes, los asistentes de las tres asociaciones fuimos a buscar a los jóvenes de 3º y 4º de E.S.O. del Institut-Escola Vall de Lord para realizar una jornada de reconocimiento y trabajo en el bosque. En total cuarenta personas de edades muy distintas, desde los jóvenes de quince años hasta la abuela de setenta y siete.
Nos pusimos en camino hasta la primera parada, donde divididos en cuatro grupos mezclados, pedimos a los asistentes una primera aproximación de la idea que todos tenemos del bosque, de nuestros sentimientos hacia él y de lo que creemos que nos aporta. Así logramos una muy buena participación de los jóvenes que opinaron según lo que ellos pensaban.
Después de un paseo y de adentrarnos en otro bosque, allí los mismos grupos hicieron una observación de las diferentes especies de árboles, midiendo su diámetro y calculando las posibilidades que tienen de crecer rectas y sanas, en función especialmente de su compactación con otros árboles competidores por el sol y el espacio. También se estudiaron los matorrales y hierbas, así como los bichos que habitan, verificando la presencia de nidos de pequeños roedores o aves nocturnas. Se hizo especial hincapié en la gran importancia de la madera muerta, ya sea caída en el suelo o todavía de pie, ya que es allí donde los insectos proliferan mejor, y las bacterias y hongos que la van deshaciendo ayudan a abonar la tierra.
Después, en otro bosque, sobre todo de robles, se hizo el último trabajo en el bosque, y aquí se desató la imaginación de los jóvenes, ya que escuchamos principalmente sus voces. El trabajo era imaginar qué uso podía darse en este bosque, qué actividades se podían proponer. Aquí salieron varias cosas, desde un cine al aire libre dentro del bosque; en un bosque de reposo, con hamacas colgadas en los árboles para tumbarse; pasando por una biblioteca con los libros escondidos en unas cajas; y hasta un circuito en medio de los árboles, con un folleto explicativo de cada especie y sus características, añadiendo un área de picnic.
Finalmente, al terminar este último trabajo, y después de dejar a los jóvenes sanos y salvos en la escuela, el resto hicimos hacia el restaurante para hacer una comida bien merecida. Después del almuerzo y de una reunión-debate, todo el mundo manifestó lo que le había parecido el encuentro, así como las experiencias vividas entre todos.
Al parecer, las experiencias vividas, tanto la más reciente, como las anteriores, han sido tan estimulantes, que todos nos comprometimos a seguir viendo aunque fuera a título personal, y ya fuera de la Ayuda Internacional de Estrategia Pirenaica, financiada por Interreg, a través del proyecto Sylvonatur.
En estos encuentros entre personas provenientes de regiones diferentes se ha podido comprobar que, a pesar de la diversidad de bosques existentes en cada entorno, de características muy diversas unas de otras, el espíritu que nos anima, es el de proteger la naturaleza, ya no sólo por nuestro interés personal, sino por que los humanos estamos atados y dependemos de ellos.